lunes, 31 de enero de 2011

Hombre y Mujer Joven



“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: «No tengo en ellos placer»” (Eclesiastés 12:1)

Los jóvenes pasan por períodos de cambios altamente significativos. Se enfrentan a cuestiones críticas como filosofía de vida, materialismo, crisis de identidad, noviazgo, matrimonio, decisiones morales y espirituales en un período más breve que cualquier otro grupo. Desde la escuela primaria en adelante están siendo desafiados por esta sociedad a utilizar el método científico para creer solamente las cosas que son probadas experimentalmente. Esto contrasta con los valores más importantes de la vida y los fundamentos de la fe cristiana los cuales no requiere de un método científico para ser probados. En este proceso buscan, sondean o investigan y están luchando con cinco preguntas fundamentales en sus vidas. Estas son: 1) ¿Quiénes son?; 2) ¿Qué es la verdad?; 3) ¿Que llegarán a ser?; 4) ¿Con quién se casaran?; 5) ¿Cuál será su filosofía de vida? En este proceso interrogan, se revelan o se ajustan. Moldean sus filosofías de vida. Algunos aceptaran a Cristo y el concepto cristiano y otros se apartaran de él*.

Entre los jóvenes o adolescentes de nuestras iglesias están los intermedios de 12-14 años, los jóvenes de 15-17 años y los adultos jóvenes de 18-23 años. Los psicólogos señalan los 23 años como el final de un periodo conocido como adolescencia tardía. Ya al final de esta etapa han desarrollado un sistema de valores en el cual han de edificar la estructura total de sus vidas. Después de los 21 años la cantidad de personas que se convierten y se unen a la Iglesia declinan notablemente. Cerca del 50% de las personas dedicadas al servicio cristiano especializado en las iglesias sintieron su llamamiento durante los años de la adolescencia.

De una encuesta realizada por Barna Research Group Ltd. en los Estados Unidos se encontró que el 63% de las personas que aceptan a Jesucristo como salvador personal lo hacen antes de cumplir los 18 años**. En estas iglesias el pastor o líder de jóvenes no se limitan a mantener el orden o a enseñar la Biblia, sino que es el principal evangelista de la iglesia. Los jóvenes responden mejor a una evangelización mediante actividades sociales y evangelismo socrático. En el evangelismo socrático el cristiano conversa con el no creyente acerca de algún tema secular que es importante al no creyente para luego conducirlo a Cristo de una manera natural. Otras formas de evangelización eficaz utilizadas son mediante las relaciones de estilos de vida y amistades, grupos pequeños, conciertos y evangelismo con poder. Para ser un joven cristiano convertido se requiere mucho más que levantar las manos y aceptar a Cristo como salvador o llenar una tarjeta de decisión o arrodillarse y repetir la oración de confesión del pecador. Es continuar un proceso que asegure el crecimiento espiritual personalizado del nuevo cristiano.

El libro de Eclesiastés, escrito aproximadamente en el 947 a.C***. trata sobre la vanidad que tiene el hombre, su filosofía y su juventud. La vida es breve y en última instancia inútil y toda búsqueda y esfuerzos no tienen sentido cuando excluimos a Dios. El predicador dice tres cosas a los jóvenes. Regocíjate en tu juventud, quita la tristeza de tu corazón, pero acuérdate siempre de tu Creador. La creencia tradicional es que el autor del libro fue Salomón.

*Fuente: Elwood Sanner A. y A. F. Harper, 1978, Explorando la Educación Cristiana, Casa Nazarena de Publicaciones, 514 págs.
Fuente: George Barna, 1999. Los 9 hábitos de las Iglesias Altamente Efectivas, **Editorial Vida, 222 págs..
***Fuente: The Reese Chronological Bible, 1982, Bethany.

lunes, 17 de enero de 2011

Dios nos Amó Mucho Antes de Haber Sido Creados



“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, sopló en su nariz aliento de vida y fue el hombre un ser viviente” (Génesis 2:7)*.

El Capítulo 2 del libro de Génesis nos habla sobre la creación del Universo, la Tierra y la creación del hombre y la mujer. Los tres elementos más importantes que utilizo Dios para formarnos como seres vivientes son el Oxigeno (65%) el Carbono (18%) y el Hidrogeno (10%)**. Estos tres elementos componen el 93% de nuestro cuerpo y fueron esenciales cuando Dios nos formó del polvo de la Tierra. Los átomos de estos tres elementos fueron creados y cocinados en otras estrellas dentro y fuera de la Vía Láctea, mucho antes de que se formara nuestro sistema solar y la Tierra en que vivimos***. Este dato muestra y confirma que antes de que se formara el universo nosotros estábamos en la mente de nuestro creador. “Dios hizo los dos grandes astros: el astro mayor para gobernar el día, y el menor para gobernar la noche. También hizo las estrellas” (Génesis 1:16). Aunque nosotros le hayamos fallado en su creación, Él nos continua amando porque nos dio a su hijo Jesucristo para que no nos perdiésemos y tuviéramos vida eterna (Juan 3:16) y acceso a su gracia y bendiciones. “Y no sólo esto, sino que también nos regocijamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, pues gracias a él ya hemos recibido la reconciliación. Por medio de un solo hombre (Adán) el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la *humanidad, porque todos pecaron” (Romanos 5:11-12).
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Fuente: *Biblia Reina Valera, 1995; ** Elementos químicos ordenados por su presencia en el cuerpo humano, 1998-2009, Recuperado el 17 de enero de 2011 de, http://www.lenntech.es/tabla-peiodica/presencia-en-cuerpo-humano.htm; ***Gordon, J. 2010, Polvo de estrellas en nuestro cuerpo, Muy Interesante, Año 27, No.09, pag.30-32.

miércoles, 5 de enero de 2011

Características* y Hábitos** de una Iglesia en Crecimiento


Para pertenecer hoy en día a una iglesia con crecimiento saludable y efectivo tienen que desarrollarse en ellas de ocho a nueve hábitos o características cualitativas (ver Tabla). Estos hábitos o características están relacionados con los siguientes aspectos de la iglesia. Estos son: liderazgo capacitador y estratégico, estructuras eficaces, ministerios según los dones, relaciones afectivas y duraderas, grupos integrales y familias con recursos, culto inspirador y adoración genuina, evangelismo estratégico, educación teológica, mayordomía y servicio a la comunidad. Estas características y hábitos son dependientes uno de los otros y están relacionados con los principios del desarrollo de la Iglesia. Pueden ponerse en práctica de diversas maneras, pero su esencia es la misma para todo tipo de congregación. Estos son resultados de estudios realizados sobre iglecrecimiento por Chistian A. Schwarz y George Barna. Schwarz es orador y fundador del Instituto para el Desarrollo Natural de la Iglesia, situado en Alemania. Sus conclusiones fueron recopiladas de estudios realizados a más de 40,000 iglesias en cerca de 70 países. Barna es orador, fundador y presidente del Barna Research Group. También es autor de más de 40 libros acerca de la fe y de la cultura cristiana. Sus conclusiones están basadas en estudios documentados de diversas encuestas realizadas a muchas congregaciones, pastores y laicos a lo largo y ancho de los Estados Unidos.


*Sacado del libro de George Barna, Los 9 hábitos de las Iglesias Altamente Efectivas, 1999, Editorial Vida y
**Sacado del libro de Christian A. Schwarz, Coloree su Mundo con el Desarrollo Natural de la Iglesia, 2005, Editorial CLIE.
REFORMA Y CONTRAREFORMA DEL PUEBLO CRISTIANO: En el siglo XVI (1517) surgió la Reforma Protestante, un movimiento religioso de tendencia renovadora que hizo su aparición en la Europa Occidental. Varios religiosos, pensadores y políticos intentaron provocar un cambio profundo y generalizado en los usos y costumbres de la Iglesia Cristiana Occidental (Católica Romana). Se origina en la ruptura con el Papa por parte de Martín Lutero monje católico, Enrique VIII rey de Inglaterra, Juan Calvino teólogo reformador francés y Stork y Munzer, sacerdotes suizos. Esto originó el rompimiento de la unidad cristiana y la consiguiente formación de otras Iglesias, llamadas Iglesias Protestantes, independientes de la autoridad papal. El protestantismo asumió cuatro formas: la luterana, la anglicana (episcopales), la reformadora (presbiteriana) y la anabaptista (menonita). Ya para el siglo XI la Iglesia cristiana se había dividido por primera vez en el llamado "Cisma de Oriente y Occidente" formándose la Iglesia Católica Ortodoxa y la Iglesia Católica Romana respectivamente. En el siglo XVII surgio el llamado movimiento bautista, en el siglo XVIII, el movimiento metodista y wesleyano, en el siglo XIX los Discípulos de Cristo y en el siglo XX el movimiento pentecostal y evangélico. Estos movimientos han desarrollado un alcance mundial. En el siglo XX se crea también el Consejo Misionero Internacional fomentándose el movimiento ecuménico. Esto marca un hito importante en la historia del reencuentro entre las iglesias cristianas (Católicas, Protestantes y Evangélicas), propiciando desde plataformas diferentes el respeto mutuo y la búsqueda de los espacios comunes hoy en día.
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