jueves, 26 de mayo de 2011

LA ARMADURA CRISTIANA (EFESIOS 6: 10-19)

Por Madeleine Ruíz, M.S., Divinidad y PhD., Sicología Clínica

¿Cómo concebimos la realidad que nos rodea? ¿Hasta qué punto somos conscientes de la seriedad de los peligros que nos acechan y de los recursos que Dios ha puesto a nuestro alcance para enfrentar tales peligros?

Hace unos años un gran escritor cristiano, C. S. Lewis, escribió un libro intitulado "Cartas a un diablo novato". Supuestamente es una serie de cartas que un diablo con mucha experiencia escribe a su sobrino, un diablo principiante que tiene la responsabilidad de engañar a un joven para desviarlo del camino del bien.

Entre los muchos consejos que el diablo experimentado le da al diablo novato, hay uno que se repite: “No permitas que el joven se dé cuenta de que existes y que aquello que le insinúas procede de ti.” El propósito del famoso escritor irlandés, que fue profesor de las universidades de Oxford y Cambridge, era mostrar la realidad del mal y de los espíritus del mal en un mundo secularizado donde se duda no sólo de la existencia de Satanás y sus huestes sino también de la existencia de Dios mismo.

En el mundo donde vivían los creyentes del primer siglo, el libro de C. S. Lewis habría sido innecesario, ya que se daba por sentado que Satanás y sus secuaces existen y buscan constantemente obstruir la realización del propósito de Dios. Esa es la premisa que está por detrás del pasaje que tenemos para hoy: Efesios 6:10-19.

A este versículo bíblico le precede una serie de exhortaciones a vivir de acuerdo con la vocación y la fe Cristiana, esto es, les exhorta sobre el modo en que debe vivir el cristiano, una vida agrade al Señor. El apóstol Pablo comienza en este texto bíblico enseñándoles sobre lo que significa ser el pueblo de Dios en un mundo malo. Su mayor preocupación radicaba en la lucha cristiana actual. El apóstol no pretendía que los cristianos dependieran de los propios recursos internos. La fortaleza que necesitaban venia fuera de ellos. Eran fuertes solo cuando eran fortalecidos por el Señor. Este era el poder que había levando a Jesús de entre los muertos y le había levantado a su posición de soberana autoridad.

Antes de cerrar su carta, el apóstol Pablo quiere exhortarlos a mantenerse firmes en su compromiso cristiano, para lo cual necesitan tomar conciencia, por un lado, de los peligros que los acechan, y por otro lado, de los recursos con que cuentan para hacer frente a esos peligros.

El apóstol Pablo da por sentado que «la vida es lucha». Ni en sus escritos ni en el ningún otro de los autores del Nuevo Testamento aparece la idea que el camino cristiano es un camino de rosas y que los cristianos estamos exonerados del sufrimiento

El apóstol utilizó una metáfora familiar: el equipo del soldado romano. A él le era conocido esto por sus encuentros con las legiones en los caminos. Mientras escribía estos versículos, uno o más guardianes estaban, a su lado para vigilarlo en su prisión domiciliaria. El apostol era un prisionero en su propia casa alquilada en Roma. Había sido perseguido por los judíos, cinco veces fue azotado por los judíos y una vez fue apedreado y dejado por muerto. Después de estas experiencias en un mundo tan hostil, quiso advertir y aconsejar a los cristianos de la mejor forma de defenderse ante el mundo que le rodeaba. Los creyentes también estaban envueltos en una contienda en la que necesitaban el equipo adecuado, y apóstol tenía total confianza de que el equipo estaba disponible. Todo lo que el cristiano necesitaba era usarlo. Por lo tanto, en la carta a Efesios el apóstol urgía a los creyentes a ponerse toda la armadura de Dios que era el equipo del soldado cristiano. El apóstol, conocedor del Antiguo Testamento conocía bien la noción de que Dios defendía y vestía a su pueblo con sus armaduras en medio de sus batallas contra sus enemigos (Génesis 15:1; Isaías 59:17; Isaías 11:5; Isaías 52:7; 59:17; Isaías 11:4). De modo que la idea es que Dios comparte su armadura con aquellos que batallan con él. Dios da poder y fortalece a los suyos y los viste con toda su armadura. El mismo es el poder y la armadura con lo que Dios fortalece a los suyos. Dice Romanos 8:28-39 que no hay nada que nos pueda condenar ni vencer ni separar de su presencia por que en el somos más que vencedores, pero hace falta que el creyente actué por la fe para llevar esto a la práctica aquí y ahora.

¿Qué es exactamente ese poder espiritual que él nos da? El concepto es el derecho, autoridad y capacidad de hacer cierta cosa en nombre de Dios. Ese poder que el Señor le confiere a los suyos le permite derrotar al enemigo. La fuente de ese poder le fue conferido al creyente, por la gracia divina a través de Jesucristo. El poder de Dios tiene la base de sus operaciones en el corazón humano o personalidad redimida donde mora Cristo en el corazón por su espíritu, fortaleciendo, transformándolo y llevándolo a disfrutar de la plenitud de Dios en la medida de su entrega a él.

El desafío que confronta el soldado cristiano es de doble seriedad porque es contra el enemigo, el diablo. El ataque del enemigo es uno encubierto, indirecto, deshonesto y engañoso. Su arma es la mentira. Su propósito es la caída del creyente en el pecado, mediante las asechanzas, lazos o artimañas- mezcla del error con la verdad (Génesis 3:4, 5, 27). Por ello cita mal las escrituras, sacándolas de su contexto (Mateo 4: 6). Se viste como ángel de luz (2 Corintios 11:4). Frente a Dios acusa al ser humano (Job)

El versículo 12 nos dice que “No tenemos lucha contra sangre ni carne (no estamos luchando contra seres humano). Nuestro enemigo no es otra persona. La comunidad cristiana a menudo confunde eso. Estamos en una guerra contra aquellas fuerzas que transforman a las gentes en víctimas y las destruyen. Si fracasamos en la vida cristiana no será por el ataque de un individuo o grupo. Fracasamos porque nuestra fortaleza interior ha sido quebrada por el poder del mal. Claro, a veces fracasamos por nuestros propios errores.

El versículo 12 dice que también esa lucha es “contra principados, potestades, gobernantes…” lo cual hace referencia a toda una organización de maldad con sus variados rangos dirigidas por el Diablo, que operan en las regiones celestiales que es la esfera supraterrena, “el aire” y no el cielo de Dios, aunque el diablo tiene acceso a él también (véase el libro de Job).

Se trata de una realidad sobrenatural, pero una realidad que condiciona la vida humana por medio de estructuras de poder y pecados sociales, como el racismo y el etnocentrismo, el machismo, la corrupción moral.

Esos dardos de fuego que lanza el enemigo es ese tipo de ataque muy apropiado para los momentos más difíciles, los momentos de crisis o de depresión. Por que como “león rugiente (según nos dice l Pedro 5:7), anda alrededor, buscando a quien devorar de modo que llega a conocer muy bien nuestros puntos flacos y momentos de debilidad lanzándonos esos ataques sorpresas.

Nos dice el apóstol que la actitud del soldado cristiano debe ser una defensiva por lo cual utiliza la frase “estad firmes”. Esta frase es utilizada en un sentido metafórico y militar y se refiere a estar vigilante. Cuando el soldado cae en el campo de batalla, es derrotado. El propósito final del soldado es estar en pie al fin de la batalla, mientras que su enemigo yace vencido a sus pies. Así el propósito del cristiano que se pone la armadura de Dios es utilizarla apoyándose en el poder divino que es quien vence al enemigo. Así nosotros en medio de esta batalla que no es tan solo material sino más bien espiritual tenemos que saber que lo importante es mantenernos firmes, en pie, apoyándonos en el poder de Dios, no importándonos cuan dura sea la batalla.

Hablemos del “equipo militar” que cita el apóstol Pablo.

1. Cinturón de la verdad – El cinturón de cuero sujetaba una túnica, que llegaba a mitad del muslo, la cual distinguía al soldado que pertenecía a las filas del Imperio. Cuando se habla del cinturón ceñido se refiere a la actitud pronta para servir; es estar presto al combate o la batalla, Habla de la verdad, de la realidad divina que había venido al creyente a través de Jesucristo. Jesús es la verdad y es el modelo de la verdad que nosotros debemos de seguir. El vivir y el crecer tomando como modelo su carácter es lo que se espera de nosotros. Debemos tener sinceridad en lo que decimos, practicar la verdad y ser hacedores de la palabra aun en los momentos de la prueba.

2. La coraza de la Justicia- La coraza es importante en el uniforme del soldado cristiano. Era colocada en el pecho y espalda y servía para proteger sus órganos vitales. En el Antiguo testamento la coraza es parte misma de la armadura de Dios, usada para intervenir a favor de su pueblo. El apóstol Pablo nos dice que Dios da justicia al creyente, que es un pecador justificado por Cristo. Debe tener una actitud de justicia y rectitud moral, entonces los intentos del enemigo se verán frustrados cuando se practica ese aspecto. Nosotros sabemos que podemos contar con el poder de Dios a través del Cristo resucitado en momentos en que se comete injusticia con nosotros. A Jesucristo podemos ir a pedir para que nos haga justicia, pero debemos ser justos siguiéndolo a él como modelo.

3. El apóstol Pablo nos dice en el versículo 15 que nos calcemos los pies con el celo por anunciar el Evangelio de la paz, llevarlo a otros con prontitud, con esmero, con ansias dando testimonio de su propia fe. En Efesio el evangelio de paz es la buena nueva de la salvación. Las buenas nuevas declaran que la paz existe entre Dios y todo aquel que llega a ser su hijo, como también es una realidad entre los que forman su pueblo. Dios garantiza por medio de Jesucristo la paz para los suyos (a través del Espíritu Santo), pero también somos llamados a ser entes de paz y procurarla en todo momento. Qué bueno dar testimonio de la paz que nos ha sido dada, la paz que sobrepasa el entendimiento humano. Pero también ese calzado (que más bien eran unas botas o espargatas gruesas) del soldado daban firmeza a sus pies capacitándolo para pasar por diversos terrenos fácilmente, sin lastimarse. Se atribuye el éxito en algunas de las batallas tanto de Alejandro Magno como de Julio Cesar, el cuidado que pusieron en asegurarse que su infantería estuviese bien calzada de modo que hiciera la diferencia entre el triunfo y la derrota. La exhortación es estar firme cobra relieve en este contexto. Sin un buen calzado para apoyo y protección, el enemigo podría hacernos caer fácilmente. El enemigo tiene como misión en estos tiempos quitarte la paz, en tu hogar, en las familias, pero nosotros le decimos en esta mañana que estamos calzados con el evangelio de la paz y que por el poder que nos otorga el Señor no nos puede tocar.

4. El versículo 16 urge al creyente que tome el escudo de la fe para que pueda apagar los dardos del enemigo. El escudo que menciona la metáfora era uno largo y oblongo que cubría todo el cuerpo del soldado. En la guerra, las flechas podían ser bañadas en brea y encendidas antes de ser lanzadas al enemigo. El escudo era el que detenía las flechas para que el soldado no pudiera ser herido. La fe en Dios es el escudo que debe utilizar el cristiano. El Diablo tratará de separar al creyente de Jesucristo, al asaltarlo con sus dudas. Pero la fe personal, que es el resultado de una relación de confianza con el Señor, capacitará al creyente para la batalla. También el apóstol nos habla del yermo de la salvación (versículo 17). La palabra traducida “Tomad” se refiere a recibir, sugiriendo el carácter del don de gracia que es la salvación del creyente. La pieza que es una de las últimas en ponerse y que precisaba la ayuda de otro soldado para colocarse bien, protegía la cabeza del soldado de un golpe mortal. Así como el yermo es una pieza difícil de quitar así también la salvación (que es un don) según Pablo es difícil de quitarla al creyente. Sabemos que la cabeza, la mente es el lugar de ataque predilecto del enemigo. Nuestros pensamientos a menudo son desviados por el mismo para que experimentemos angustia, depresión. El enemigo entiende que si destruye nuestra mente puede destruir toda nuestra vida. Cuantas personas han desarrollado una enfermedad mental o espiritual y todos sus planes, su hogar se ha venido abajo. Pero JESUS en el calvario derramó su sangre cuando le pusieron la corona de espinas para LIBERTAR NUESTRA MENTE DE LAS ASECHANZAS DEL ENEMIGO. En esta mañana NOSOTROS DECLARAMOS QUE SOMOS MAS QUE VENCEDORES EN CRISTOJESUS.

5. El versículo 17b nos habla de la espada del Espíritu que es la palabra. Podríamos pensar que la misma puede servir para atacar como para defenderse, pero el hecho de que el apóstol empleara la palabra en griego majaira nos sugiere que esta era una espada corta que solo le servía al soldado para defenderse. Sin embargo siendo la espada del Espíritu que solo Dios la da y puede guiar al creyente a emplearla bien. La responsabilidad del creyente es mantenerla bruñida y afilada y adiestrarse en su manejo. Cuando nos habla de la palabra no nos habla del concepto de la palabra en general sino al uso de la misma según la ocasión que se presente tal como es el caso del relato de la tentación de Jesús.

En los versículos 18-19 el apóstol quiere señalar la importancia de la oración en cada fase de la lucha: antes y al colocarse la armadura y mientras dure el conflicto señala que esta debe ser en todo, momento utilizando la oración que sea necesaria, con suplica, pidiendo a Dios por todos; “en el espíritu”, esto es, en y por medio de nuestro Señor Jesucristo para que lleguen al trono de la gloria.

TE INVITO EN ESTE DÍA QUE LE PIDAS A DIOS EL PADRE EN EL NOMBRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO QUE TE REVISTA DE SU ARMADURA PARA QUE PUEDAS RESISTIR LAS ASECHANZAS DEL ENEMIGO. RECUERDA QUE EL ENEMIGO VINO A MATAR A DESTRUIR TODO LO QUE TE PERTENECE, PERO EL SEÑOR TE DICE QUE TIENES QUE PELEAR LA BUENA BATALLA, TOMANDO SU ARMADURA PARA VENCER AL ENEMIGO Y RECUPERAR LO QUE TE HA QUITADO. EN ESTE DÍA DEL SEÑOR TE PIDO QUE DECLARES LA VICTORIA SOBRE TU PROBLEMA. LA VICTORIA ES TUYA Y DEL SEÑOR. AMEN. DIOS TE BENDIGA MUCHO.

Si hoy este mensaje ha hablado a tu vida o ha sido de bendición, escríbenos.

viernes, 20 de mayo de 2011

LA UNCIÓN

Por Madeline Ruíz, M.S., Divinidad y Ph.D., Sicología Clínica

“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres, me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad ( Lucas 4:18)

En Lucas 4.18 Jesús dice el Espíritu del Señor estaba sobre Él. El Espíritu Santo ungió a Jesús para servir a otros a través de su ministerio. También nos puede ungir a para realizar la obra para la cual hemos sido llamado. Podemos ser ungidos para sanar, libertar, desatar, rescatar, a otros que lo necesitan.

A través de los tiempos el hombre a querido seguir su propio rumbo de vida, desligándose completamente de Dios y la necesidad espiritual que hay en su corazón la ha tratado de llenar con todo tipo de cosa, como fama, riquezas, otros dioses creados con sus propias manos, etc. Pero con nada de esto ha logrado su propósito, su esfuerzo ha sido en vano, su necesidad continúa sin ser satisfecha.

Es tiempo de intimidad con Dios de amores con Dios como nunca antes en este año. Es un año donde Dios va a hacer cosas nuevas con la unción que nos da el Espíritu Santo. La buena obra del cristiano no es posible sin la presencia del Espíritu Santo en nosotros, sin la unción que viene de Él.

Este espíritu ha existido desde antes de la fundación del mundo, dice la Biblia que el Espíritu se movía sobre la faz de las aguas era el agente ejecutivo de la deidad, el cual trabaja en todas las esferas, tanto físicas como morales. Por medio de este espíritu Dios creó y preserva el universo.

En el Antiguo Testamento en hebreo la palabra ungir “Mashaj”, es un verbo.

En el Antiguo Testamento, la unción de Dios, del Espíritu Santo era necesaria para capacitar al hombre para una obra sobrenatural era reservado para los profetas, los reyes y para los sacerdotes.

Estos tres personajes tenían que ser ungidos y ser comisionados con aceite como una forma de capacitarlos para sus tareas sobrenaturales. El rey tenía que dirigir una gran nación, el profeta tenía que fluir en el don profético en la revelación de Dios y el sacerdote tenía que oficiar continuamente ante la presencia de Dios y con la sabiduría de Dios para bendecir y aconsejar y resolver problemas en la vida del pueblo de Israel. Eran tareas muy, muy serias, y para eso necesitaban la unción del Espíritu Santo, por eso eran ungidos con aceite.

Este aceite era hecho de especies finas: La canela representa la dulzura y eficacia de la muerte de Cristo; la casia tiene el efecto maravilloso de limpiar el interior de nuestros cuerpos y sacar lo que no sirve. Esta era usada como repelente para ahuyentar los insectos y las serpientes (Ef.6:11, 17b-18). Representa el poder repelente de la resurrección de Cristo. El cálamo aromático aumenta el Apetito, facilita la digestión, es relajante muscular y sedante del sistema nervioso, alivia el dolor de los reumáticos; calma; el ardor de la piel y ayuda a conciliar el sueño. El cálamo representa la preciosa resurrección de Cristo: (1 P. 3:18). La mirra, que tenía propiedades sanadoras, su resina de la mirra eliminaba distintos microbios y desinfectaba por esa acción antiséptica, esto nos habla del perdón y la limpieza que trae la unción por la obra del Espíritu Santo sobre la vida del que se consagra. El quinto ingrediente (según la tradición bíblica), el aceite, representa la gracia de Dios. No podemos esfuerzo, pero Dios es grande en misericordia y gracia, y nos da su unción según nos entreguemos en sumisión a Él.

Entre los fenicios, los cananeos y los babilonios, el olivo tiene un carácter casi divino, de tal manera que ungir a alguien con aceite, es transmitir al hombre el poder, la energía de lo divino. Por eso comienza a ser usado especialmente para ungir a los jefes, a los reyes y sus funcionarios. Tanto es así que el término ungir deja de significar materialmente untar y toma el sentido traslaticio de coronar, de nombrar, asumir. En las pirámides egipcias, en las viejas tumbas de los faraones, se encuentran vasijas de aceite que acompañan al monarca en su viaje al mundo subterráneo como medicina vivificante. Los hombres y mujeres de la antigüedad lo utilizan, no solo para comerlo ni como remedio a las heridas y llagas, sino, las mujeres, para hacer desaparecer los signos de la vejez untándose la cara y, los guerreros, para dar fuerzas a los músculos, fregándose con él

Es posible que de allí surja la costumbre hebrea. Cuando Dios le avisa a Samuel que al día siguiente aparecerá aquel a quien ha elegido como caudillo de Israel le dice: "Mañana te enviaré a un hombre del país de Benjamín. Tu lo ungirás como jefe de mi pueblo Israel y él salvará a mi pueblo del poder de los filisteos" Al día siguiente, cuando ve al joven Saúl que anda buscando sus asnas perdidas y recurre a él para encontrarlas, Samuel toma un frasco de aceite lo derrama sobre la cabeza de Saúl y le dice: "¡El Señor te ha ungido como jefe de su herencia!” Desde entonces Saúl, invadido por la fuerza del Señor, se transformará en el poderoso guerrero. Más tarde hará lo mismo con David, tan chico que ni siquiera el padre había pensando en presentárselo. Cuando Samuel lo ve el Señor le dice: " Levántate y úngelo”. Ese es el guerrero que salvará a su pueblo.

Desde entonces la unción entró como la parte más importante de la ceremonia de entronización real en los ritos judíos. Por medio de la unción, el nuevo monarca recibía de Dios la fuerza, la sabiduría y el imperio necesarios para gobernar con eficacia a su pueblo. “Tuyo es el Reino tuyo el poder y la gloria " le cantaban mientras lo ungían. Era ahora aceite de olivo mezclado con aroma de canela, mirra, acacia, porque el buen olor, expresaba la irradiación del Espíritu, la proximidad de Dios al monarca y a su pueblo, la difusión de la alegría, seguridad y justicia que emanaba del rey. El salmo que se cantaba en la ceremonia dice: " El Señor tu Dios te consagró con el óleo de la alegría, tus vestiduras exhalan perfume de mirra, canela y acacia".

El aceite también era derramado para ungir (mashîaj) el tabernáculo y todos sus implementos (templo móvil revelado por El Señor durante el Éxodo de Moisés y el pueblo de Israel, donde Dios se revelaba a su pueblo y recibía adoración), para que fueran cosas santísimas.

Más tardíamente también el Sumo sacerdote y los sacerdotes fueron ungidos. En la vida cotidiana, se seguía utilizando el óleo como signo de estima " Tu preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa " canta en el Salmo el invitado a su anfitrión. Y así ungirá la Magdalena los pies de Jesús; bienvenida que el fariseo que lo había invitado le ha rehusado." El mismo Isaías, como expresión de júbilo: " voy a cambiar su ceniza por una corona, su ropa de luto por el óleo de la alegría”.

Pero la verdadera Unción es única y no tiene comparación, el aceite original no se podía falsificar, aunque sus ingredientes parecían fáciles de preparar: no era fácil engañar, algunos antiguamente quisieron usar la fórmula para darle usos conforme a sus gustos, pero Dios dijo que el que hiciera otro aceite aun con la misma fórmula moriría. Así vemos como hoy algunos ignorantemente desprecian la verdadera unción que trae su cuota de sufrimiento, pruebas, santidad y alejamiento del mundo y hablan de la unción malinterpretándola, la promueven sin conocerla o sin que está este verdaderamente sobre sus vidas. Porque la verdadera unción la da el Señor, no el hombre o la mujer.

En el Nuevo Testamento la unción es dada por el Padre a Jesús a través del Espíritu Santo representado por una paloma. Ya antes de Jesús existía Juan El Bautista quien indudablemente desde el vientre materno tenía el Espíritu Santo que lo capacito para anunciar la venida del mesías.

"El Espíritu Santo está sobre mí porque me ha consagrado por la unción". Es la primera lectura pública de Jesús en la sinagoga de Nazaret. Aquí se muestra la unción que recibe ya directamente, sin el aceite; y que Lucas refiere al bautismo del Cristo. Es la unción que anuncia el servicio de Jesús, su misión.

Este texto, mensaje nos habla de dos cosas importantes: la importancia del Espíritu Santo para llevar a cabo cualquier servicio. Es la vida con propósito que debe tener cualquier cristiano: vida en abundancia, para usted y para otros.

Aprendemos que en el acto mismo de ungir de Dios, decimos simplemente que Dios toca, roza, frota con Espíritu Santo la vida de Jesús para que realizara un ministerio exitoso. Todo líder elegido tiene un llamado y capacitación como Jesús. El éxito de un ministerio no radica en saber hacer el trabajo (no basta solo con saber) sino en que el ministro goce de intimidad con Dios... La clave no está en las actividades sino en el Espíritu Santo que unge...

El año agradable del Señor se refiere la celebración del antiguo testamento del año del jubileo “en el año cincuenta, cuando sonaba la trompeta, y en toda la tierra se proclamaba libertada a los esclavos hebreos y se perdonaban las deudas y se restituían las posesiones a las familias. Pero aquí Jesús proclama la buena nueva de la libertad, de las enfermedades, de la esclavitud, de los yugos a que estaba sometido ese pueblo por tanto tiempo.

Hoy yo declaro que este es el año agradable, aceptable, para ti amado lector, No importa si eres líder o no, porque al fin de cuentas todos somos líderes. Tu padre o madre eres líder en el hogar, en lo que tú haces eres líder. Nuestra mayordomía debe ser dirigida por el Señor, por la unción que él nos da, una unción nueva, para tener vida abundante, para nosotros, para nuestra familia, para nuestros hijos, para servir a otros, para realizar la obra a la que fuiste llamado a realizar. Amén.

domingo, 15 de mayo de 2011

¿CÓMO VIVE LA IGLESIA?*



Nosotros los creyentes somos el Cuerpo de Cristo, su iglesia en la Tierra. No importa a que Iglesia uno pertenezca hoy en día, seamos Católicos, Episcopales, Luteranos, Presbiterianos, Menonitas, Bautistas, Metodistas, Discípulos de Cristo, Evangélicos Unidos, Pentecostales, Carismáticos o no denominacionales. El Servicio dominical por la mañana es casi idéntico. Algunas iglesias utilizan coros y música contemporánea, mientras que otras utilizan himnos. En otras iglesias la congregación levanta sus manos para alabar, mientras que en otras las manos no suben más arriba de la cintura. Otras iglesias practican la comunión semanalmente, mientras que en otras se practica cada cuatro meses. El orden del culto en las iglesias es más o menos así: Comienza con la bienvenida a la iglesia por medio de unos ujieres u oficiales, los cuales le entregan a la feligresía o la visita un boletín que incluye el programa dominical, de la semana u otra información de interés; el culto comienza con una oración y/o lectura bíblica realizado mayormente por el Pastor, acompañado luego por una alabanza que es dirigida por el coro o ministerio de adoración; luego hay una presentación de anuncios sobre los eventos y noticias de la iglesia dado por el pastor o algún líder de la iglesia (puede ser al principio o al final del culto); se comienza la escuela bíblica dominical, que está dividida para infantiles, juveniles, jóvenes y adultos (algunas denominaciones no celebran el estudio bíblico el domingo). El culto continúa en la nave con el ofertorio; luego el sermón es presentado por el pastor o algún invitado especial, terminando con una doxología para despedir a la feligresía. En otras iglesias la escuela bíblica es presentada por la mañana y el sermón por la noche. Durante el culto también se puede incluir una obra artística, una oración pastoral después del sermón por los enfermos u afligidos, canticos adicionales dirigidos por el coro o ministerio de adoración y la Santa Cena.

El orden de culto está subdividido mayormente en cinco secciones. Estos son: (1) canticos y adoración; (2) estudio de la Biblia; (3) sermón; (4) Santa Cena y (5) doxología u oración final. El sermón o el pulpito es hoy en día la parte más importante de la liturgia y la fuente más importante de alimentación espiritual en nuestras iglesias. Si removemos el sermón, la adoración de la iglesia se convierte meramente en una celebración musical y la asistencia al servicio dominical mermaría drásticamente.

El Bautismo y la Santa Cena son los dos sacramentos (ordenanzas) más importantes de la Iglesia. Los Anabaptistas incluyen uno tercero, el lavacro de pies. Las iglesias Cristianas Evangélicas creen y practican el bautismo de creyentes en oposición al bautismo de infantes. El bautismo representa un rompimiento con el pasado y una entrada completa en Cristo y su iglesia (es una expresión externa de fe y salvación del creyente cristiano). En la iglesia primitiva los convertidos eran bautizados inmediatamente cuando aceptaban la fe cristiana (Hechos 16:14-15, 30-33). Era una confesión inicial de fe en Cristo. Hoy en día la oración del no creyente ha venido a sustituir el bautismo en agua como la confesión inicial de fe. Para poder bautizarse hoy en día el creyente necesita un de periodo de educación y preparación que puede durar de tres meses a un año. La Santa Cena (representada por la mesa en la Iglesia) era celebrada por la iglesia primitiva como una fiesta de alegría y gozo en comunión cristiana. Incluía el partimiento del pan, la cena, la comunión y el dar gracia (eucaristía) en memoria de nuestro Señor Jesucristo como renovación del nuevo pacto dado a nosotros. Cuando los creyentes se reunían, partían el pan y lo pasaban unos a otros y comenzaba el banquete, el cual terminaba cuando se pasaba la copa. En ella se recuerda el sacrificio de Jesús en la Cruz del Calvario por el perdón de nuestros pecados. Hoy en día la tradición cristiana muchas veces sustituye la Cena con un mero rito o ejercicio mecánico perdiéndose a veces su significado y sentimiento profundo. Se sustituye el pan y el vino con el uso de la oblea, como símbolo del cuerpo y una copa de jugo de uva en representación de su sangre. Se celebrar con la mayor rapidez posible, relegándose a un plano secundario. El banquete y la fiesta de gozo no están incluidos (Hechos 2:42,43 1 Corintios 11:20-26; 1 Corintios 10:16,17; Marcos 14:23-25; Lucas 22:19; Marcos 14:23-25).

Además de reunirnos los domingos debemos como Iglesia trasmitir la visión de forma que podamos proyectar en nuestras vidas una transformación verdadera para ser más como Cristo y desempeñar un papel significativo en nuestra comunidad. Se requiere de inversión y esfuerzo en la implementación de cambios en nuestros estilos de vida que vayan más allá de nuestro formato congregacional. Como por ejemplo reuniones en los hogares, labor comunitaria, ministerios en el trabajo, escuelas y una presencia y comunicación social-cristiana en la Internet entre otras cosas.

*Referencias: 1). González, J. L. y Z. Maldonado-Pérez, 2003, Introducción a la Teología Cristiana, Abingdon Press, Nashville, 167 págs. 2). George Barna, 2007. Haga Crecer su Iglesia de Afuera Hacia Adentro, Editorial Vida, 175 págs.

viernes, 13 de mayo de 2011

LA GLORIA DE DIOS

2 Corintios 4:18 Por tanto nosotros todos mirando con el rostro descubierto y reflejando como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en su misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor.”

La palabra Gloria es muy usada por el pueblo cristiano. Se usa la palabra Gloria para designar el lugar en han de habitar los cristianos cuando son salvos y mueren. Decimos “Se fue a la gloria con el Señor. Se da gloria a Dios como forma de adorarlo. Otros creen que esta es un atributo de Dios.

Pero hoy queremos hablar de la gloria de Dios que se manifiesta y se puede manifestar entre y en nosotros.

La palabra Gloria se refiere a la gloria Shekinah. Shekinah viene del verbo hebreo Shakan, que significa morar, habitar. En hebreo rabínico antiguo la palabra se usa con frecuencia para referirse a los nidos y a la costumbres de las aves de habitar en ellos. En el pensamiento judío clásico la Shekinah se refiere a la habitación o morada de la presencia divina.

En el Antiguo Testamento, en Génesis 1: 26-27 nos dice que el hombre fue creado para la grandeza: Y creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creo. Dios dijo: “hagamos al hombre a Nuestra imagen, conforme a Nuestra semejanza”. El sueño de Dios para el hombre era un sueño de grandeza El hombre estaba diseñado para la comunión con Dios. Fue creado para estar en su presencia eternamente y disfrutar de su gloria. Cicerón, el pensador, expreso que Adán nació esencialmente para ser rey. El hombre perdió su grandeza. En vez de ser siervo de Dios, se convirtió en esclavo del pecado. Por eso a este mundo Dios envió a su hijo Jesucristo para liberarlo de las cadenas del pecado para que pudiera recuperar la comunión con Dios, disfrutar de su presencia, de su gloria temporera aquí y en la eternidad con él.

En el Antiguo Testamento varios salmos hablan de la Gloria de Dios. El Salmo 19:1 se habla de la gloria de Dios en la naturaleza: “los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento la obra de sus manos”. En el Antiguo Testamento se presenta la gloria de Dios a través de una manifestación particular y majestuosa en forma de nube, truenos, relámpagos, voces brillo, resplandor viento, salsa ardiente, entre otras. El Señor se le apareció a Abraham a través de dos hombres y anunció que Sara llegaría a estar embarazada (Génesis 18). Dios se le apareció a Jacob como un hombre con el cual luchó. El Ángel de Jehová se apareció a Agar y habló como si fuera Dios y ella le llamó Dios. Dios se manifestó visiblemente a Moisés a través de la salsa ardiente y le anuncia que el seria su instrumento al hablarle al faraón y sacar su pueblo de Egipto. Cuando el Señor sacó a Israel de Egipto fue delante de ellos en una columna de nube y en una columna de fuego Éxodo 13:21 y 14:19 dice que Jehová iba delante de Israel en una columna de nube y que estaba en la columna de nube. Se le apareció en una nube de gloria y en fuego en el Monte Sinaí. Una nube y fuego que representaba la Gloria de Dios permanecía sobre el Tabernáculo de Moisés día y noche, habló cara a cara con él en el tabernáculo y la mostró sus espaldas. Ezequiel vió la gloria del Señor en el templo de Dios. Aun Salomón al hablar de la Gloria de Dios le preguntaba a Dios si su templo podría contener su gloria, toda su presencia. Cuando Salomón consagró el Templo éste se llenó con su gloria de tal modo que los sacerdotes no podían quedarse adentro para ministrar por causa de la nube. Job lo vio en un torbellino.

En el Nuevo Testamento, en Lucas 2:9, los pastores vieron la Gloria del Señor en el Nacimiento de Jesús. En el Nuevo Testamento la manifestación por excelencia de la Gloria de Dios lo fue Jesús. Jesús declara y revela completamente al Padre. Dice Colosenses 1:15 que Jesús es la imagen visible, el resplandor de su Gloria, y la imagen misma de su substancia. En la Transfiguración de Jesús en el Monte, se manifestó la Gloria de Dios, de tal manera que los discípulos no querían irse de allí. Más aun la crucifixión de Jesús es tal vez la mayor exhibición de la Gloria de Dios. Este acto nos libertó de la esclavitud del pecado para que pudiéramos disfrutar de la vida eterna, en su reino eterno, por gracia, mediante la fe en Él. ¿Cómo nosotros podemos agradecer la excelencia de la gloria que se ha manifestado en nosotros a través del sacrificio de Cristo? ¿Cómo podemos agradecer ese sacrificio? La contestación es curiosa. Buscando su gloria, su presencia, ofreciéndole tu corazón a Dios para que el abra camino para él en tu corazón, para que el allane montes, saque obstáculos quite las piedras que entorpecen tu comunión con él. Es el estar dispuesto(a) a entregarle a él tu corazón, entregarle tus cargas, tus debilidades, tus llagas, tus heridas par que él las sane; es creerle a él, no creer en él, es confianza para que el haga, que te pase la lija; que cambie tus sentimientos, que haga como él quiere, no a tu manera. Si, porque somos expertos(as) en decirle a Dios lo que debe de hacer. ¿Quién tiene más sabiduría tú o Dios?

La gloria que yo hablo en esta mañana no es la gloria que va al estadio o aun retiro a buscar un milagro de Dios, sin entregar el corazón y sin creerle a Él. Es la gloria que pide la entrega completa para que el haga la OBRA COMPLETA Y PERFECTA. Es entregarle y pedirle por tu situación, pero es entregar tu corazón día a día, en intimidad con él; es buscarle no solo hoy o cuando vas a un retiro, sino también en tu casa a solas, en oración y ayuno.

Mira lo que tener intimidad con el Señor:

1. Sacar un tiempo para intimar con él.
2. Apego a Dios. No te separes de Él, cuenta con él para todo.
3. Amar la palabra de Dios, estudiarla. Usar la palabra en medio de tu desierto, en la crisis. Recuerda que la palabra te sana, te protege, fortalece y es espada de dos filos, es viva y eficaz, y hará lo que tenga que hacer en tu vida. Atesora la palabra.
4. Valora lo eterno sobre lo material. Valora las bendiciones del Reino sobre las bendiciones materiales.
5. Glorificar a Dios con lo que hacemos y con lo que decimos. Esto significa que estamos revelando la gloria de Dios al mundo, a través de nuestro estilo de vida, y comportamiento y a través de nuestra alabanza Y ADORACION.
6. Dar gloria a Dios a través del servicio en la iglesia y fuera de esta. es lo que llama Rick Warren el tener una vida que sigue el propósito que Dios tiene para cada uno de nosotros.
7. Considerar los favores incomparables que se nos ofrece a través de la Cena del Señor, la Eucaristía. Algunas personas no le dan el valor correcto que tiene en participar en la mesa del Señor, sin embargo es el momento de intimidad mística con Cristo, de la unión con él para asemejarnos a él (posible por el Espíritu Santo), para la bendición de nuestras vidas y recibir un pedazo de su gloria que permita tener una vida mejor. Es una comunión que produce transformación del fiel para sus rasgos divinos resplandezcan en nosotros y seamos portadores de su gloria, para su gloria.

Todo esto nos lleva a considerar la verdad que se nos trae en 2 Corintios 4:18 – de que “nosotros todos mirando con el rostro descubierto y reflejando como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en su misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor.”

Pidamos hoy que su Santo Espíritu, su presencia, su gloria se manifiesta de forma especial en tu vida ahora y para que podamos dar testimonio de la gloria inmensurable del Señor para que podamos glorificarlo delante de los hombres y las mujeres. Pidamos que La Gloria nos transforme y transforme nuestras vidas. Te invito a acercarte a Él para rendirle tu corazón. Amen

domingo, 8 de mayo de 2011

MADRE


Madre mujer de gran honra, para esta vida me preparastes. Así te hizo Dios. Bendito el hombre que lo entienda. Me distes forma en tu vientre, desde tu seno conocí la luz y la creación de Dios. Tu alimento, consuelo, amor y ternura fortalecieron y prepararon mi vida para ser lo que soy hoy. Tus enseñanzas son collar y corona para mi vida. Madre te doy gracias. Bendita seas.
REFORMA Y CONTRAREFORMA DEL PUEBLO CRISTIANO: En el siglo XVI (1517) surgió la Reforma Protestante, un movimiento religioso de tendencia renovadora que hizo su aparición en la Europa Occidental. Varios religiosos, pensadores y políticos intentaron provocar un cambio profundo y generalizado en los usos y costumbres de la Iglesia Cristiana Occidental (Católica Romana). Se origina en la ruptura con el Papa por parte de Martín Lutero monje católico, Enrique VIII rey de Inglaterra, Juan Calvino teólogo reformador francés y Stork y Munzer, sacerdotes suizos. Esto originó el rompimiento de la unidad cristiana y la consiguiente formación de otras Iglesias, llamadas Iglesias Protestantes, independientes de la autoridad papal. El protestantismo asumió cuatro formas: la luterana, la anglicana (episcopales), la reformadora (presbiteriana) y la anabaptista (menonita). Ya para el siglo XI la Iglesia cristiana se había dividido por primera vez en el llamado "Cisma de Oriente y Occidente" formándose la Iglesia Católica Ortodoxa y la Iglesia Católica Romana respectivamente. En el siglo XVII surgio el llamado movimiento bautista, en el siglo XVIII, el movimiento metodista y wesleyano, en el siglo XIX los Discípulos de Cristo y en el siglo XX el movimiento pentecostal y evangélico. Estos movimientos han desarrollado un alcance mundial. En el siglo XX se crea también el Consejo Misionero Internacional fomentándose el movimiento ecuménico. Esto marca un hito importante en la historia del reencuentro entre las iglesias cristianas (Católicas, Protestantes y Evangélicas), propiciando desde plataformas diferentes el respeto mutuo y la búsqueda de los espacios comunes hoy en día.
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