domingo, 15 de mayo de 2011

¿CÓMO VIVE LA IGLESIA?*



Nosotros los creyentes somos el Cuerpo de Cristo, su iglesia en la Tierra. No importa a que Iglesia uno pertenezca hoy en día, seamos Católicos, Episcopales, Luteranos, Presbiterianos, Menonitas, Bautistas, Metodistas, Discípulos de Cristo, Evangélicos Unidos, Pentecostales, Carismáticos o no denominacionales. El Servicio dominical por la mañana es casi idéntico. Algunas iglesias utilizan coros y música contemporánea, mientras que otras utilizan himnos. En otras iglesias la congregación levanta sus manos para alabar, mientras que en otras las manos no suben más arriba de la cintura. Otras iglesias practican la comunión semanalmente, mientras que en otras se practica cada cuatro meses. El orden del culto en las iglesias es más o menos así: Comienza con la bienvenida a la iglesia por medio de unos ujieres u oficiales, los cuales le entregan a la feligresía o la visita un boletín que incluye el programa dominical, de la semana u otra información de interés; el culto comienza con una oración y/o lectura bíblica realizado mayormente por el Pastor, acompañado luego por una alabanza que es dirigida por el coro o ministerio de adoración; luego hay una presentación de anuncios sobre los eventos y noticias de la iglesia dado por el pastor o algún líder de la iglesia (puede ser al principio o al final del culto); se comienza la escuela bíblica dominical, que está dividida para infantiles, juveniles, jóvenes y adultos (algunas denominaciones no celebran el estudio bíblico el domingo). El culto continúa en la nave con el ofertorio; luego el sermón es presentado por el pastor o algún invitado especial, terminando con una doxología para despedir a la feligresía. En otras iglesias la escuela bíblica es presentada por la mañana y el sermón por la noche. Durante el culto también se puede incluir una obra artística, una oración pastoral después del sermón por los enfermos u afligidos, canticos adicionales dirigidos por el coro o ministerio de adoración y la Santa Cena.

El orden de culto está subdividido mayormente en cinco secciones. Estos son: (1) canticos y adoración; (2) estudio de la Biblia; (3) sermón; (4) Santa Cena y (5) doxología u oración final. El sermón o el pulpito es hoy en día la parte más importante de la liturgia y la fuente más importante de alimentación espiritual en nuestras iglesias. Si removemos el sermón, la adoración de la iglesia se convierte meramente en una celebración musical y la asistencia al servicio dominical mermaría drásticamente.

El Bautismo y la Santa Cena son los dos sacramentos (ordenanzas) más importantes de la Iglesia. Los Anabaptistas incluyen uno tercero, el lavacro de pies. Las iglesias Cristianas Evangélicas creen y practican el bautismo de creyentes en oposición al bautismo de infantes. El bautismo representa un rompimiento con el pasado y una entrada completa en Cristo y su iglesia (es una expresión externa de fe y salvación del creyente cristiano). En la iglesia primitiva los convertidos eran bautizados inmediatamente cuando aceptaban la fe cristiana (Hechos 16:14-15, 30-33). Era una confesión inicial de fe en Cristo. Hoy en día la oración del no creyente ha venido a sustituir el bautismo en agua como la confesión inicial de fe. Para poder bautizarse hoy en día el creyente necesita un de periodo de educación y preparación que puede durar de tres meses a un año. La Santa Cena (representada por la mesa en la Iglesia) era celebrada por la iglesia primitiva como una fiesta de alegría y gozo en comunión cristiana. Incluía el partimiento del pan, la cena, la comunión y el dar gracia (eucaristía) en memoria de nuestro Señor Jesucristo como renovación del nuevo pacto dado a nosotros. Cuando los creyentes se reunían, partían el pan y lo pasaban unos a otros y comenzaba el banquete, el cual terminaba cuando se pasaba la copa. En ella se recuerda el sacrificio de Jesús en la Cruz del Calvario por el perdón de nuestros pecados. Hoy en día la tradición cristiana muchas veces sustituye la Cena con un mero rito o ejercicio mecánico perdiéndose a veces su significado y sentimiento profundo. Se sustituye el pan y el vino con el uso de la oblea, como símbolo del cuerpo y una copa de jugo de uva en representación de su sangre. Se celebrar con la mayor rapidez posible, relegándose a un plano secundario. El banquete y la fiesta de gozo no están incluidos (Hechos 2:42,43 1 Corintios 11:20-26; 1 Corintios 10:16,17; Marcos 14:23-25; Lucas 22:19; Marcos 14:23-25).

Además de reunirnos los domingos debemos como Iglesia trasmitir la visión de forma que podamos proyectar en nuestras vidas una transformación verdadera para ser más como Cristo y desempeñar un papel significativo en nuestra comunidad. Se requiere de inversión y esfuerzo en la implementación de cambios en nuestros estilos de vida que vayan más allá de nuestro formato congregacional. Como por ejemplo reuniones en los hogares, labor comunitaria, ministerios en el trabajo, escuelas y una presencia y comunicación social-cristiana en la Internet entre otras cosas.

*Referencias: 1). González, J. L. y Z. Maldonado-Pérez, 2003, Introducción a la Teología Cristiana, Abingdon Press, Nashville, 167 págs. 2). George Barna, 2007. Haga Crecer su Iglesia de Afuera Hacia Adentro, Editorial Vida, 175 págs.

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REFORMA Y CONTRAREFORMA DEL PUEBLO CRISTIANO: En el siglo XVI (1517) surgió la Reforma Protestante, un movimiento religioso de tendencia renovadora que hizo su aparición en la Europa Occidental. Varios religiosos, pensadores y políticos intentaron provocar un cambio profundo y generalizado en los usos y costumbres de la Iglesia Cristiana Occidental (Católica Romana). Se origina en la ruptura con el Papa por parte de Martín Lutero monje católico, Enrique VIII rey de Inglaterra, Juan Calvino teólogo reformador francés y Stork y Munzer, sacerdotes suizos. Esto originó el rompimiento de la unidad cristiana y la consiguiente formación de otras Iglesias, llamadas Iglesias Protestantes, independientes de la autoridad papal. El protestantismo asumió cuatro formas: la luterana, la anglicana (episcopales), la reformadora (presbiteriana) y la anabaptista (menonita). Ya para el siglo XI la Iglesia cristiana se había dividido por primera vez en el llamado "Cisma de Oriente y Occidente" formándose la Iglesia Católica Ortodoxa y la Iglesia Católica Romana respectivamente. En el siglo XVII surgio el llamado movimiento bautista, en el siglo XVIII, el movimiento metodista y wesleyano, en el siglo XIX los Discípulos de Cristo y en el siglo XX el movimiento pentecostal y evangélico. Estos movimientos han desarrollado un alcance mundial. En el siglo XX se crea también el Consejo Misionero Internacional fomentándose el movimiento ecuménico. Esto marca un hito importante en la historia del reencuentro entre las iglesias cristianas (Católicas, Protestantes y Evangélicas), propiciando desde plataformas diferentes el respeto mutuo y la búsqueda de los espacios comunes hoy en día.
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