domingo, 24 de abril de 2011

CELEBRACIÓN DE LA SEMANA SANTA

La Semana mayor conmemora de una manera sobria y solemne la Pasión y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Se lee el relato completo de la Pasión. Según el Evangelio de San Juan y los Sinópticos se contempla el misterio de la cruz de Cristo. Siendo Rey se despoja de todo lo que es y se humilla delante de los hombres.

“Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro gran Sumo Sacerdote que ha entrado en el cielo. Él es santo, sin maldad y sin mancha, apartado de los pecadores y fue puesto más alto que el cielo. No es como los otros sumos sacerdotes, que tienen que matar animales y ofrecerlos cada día en sacrificio, primero por sus propios pecados y luego por los pecados del pueblo. Por el contrario, Jesús ofreció el sacrificio una sola vez y para siempre, cuando se ofreció a sí mismo en la cruz”. (Ver Hebreos 4: 14, 7: 26-27).

Setecientos años antes de Cristo el profeta Isaías profetizó de Nuestro Señor así:

“Pero fue traspasado a causa de nuestra rebeldía, fue atormentado a causa de nuestras maldades; el castigo que sufrió nos trajo la paz, por sus heridas alcanzamos la salud. Todos nosotros nos perdimos como ovejas, siguiendo cada uno su propio camino, pero el Señor cargó sobre él la maldad de todos nosotros. Fue maltratado, pero se sometió humildemente, y ni siquiera abrió la boca; lo llevaron como cordero al matadero, y él se quedó callado, sin abrir la boca, como una oveja cuando la trasquilan. Se lo llevaron injustamente, y no hubo quien lo defendiera; nadie se preocupó de su destino. Lo arrancaron de esta tierra, le dieron muerte por los pecados de mi pueblo. Lo enterraron al lado de hombres malvados, lo sepultaron con gente perversa, aunque nunca cometió ningún crimen ni hubo engaño en su boca. El Señor quiso oprimirlo con el sufrimiento. Y puesto que él se entregó en sacrificio por el pecado, tendrá larga vida y llegará a ver a sus descendientes; por medio de él tendrán éxito los planes del Señor. Después de tanta aflicción verá la luz, y quedará satisfecho al saberlo; el justo siervo del Señor liberará a muchos, pues cargará con la maldad de ellos. Por eso Dios le dará un lugar entre los grandes, y con los poderosos participará del triunfo, porque se entregó a la muerte y fue contado entre los malvados, cuando en realidad cargó con los pecados de muchos e intercedió por los pecadores” (Isaías 53: 4-12).

La entrada de la Semana Santa se celebra comenzando el domingo de Ramos, terminando el Domingo Pascual según la tradición Judía. Presentamos algunos de los momentos que tuvo el Señor durante esa semana.

Domingo de Ramos:

Entrada de Jesús en Jerusalén y purificación del templo.

Jesús entra en Jerusalén montado en un Burrito. “Tanto la gente que iban delante como los que iban detrás, gritaban: ¡Hosana al Hijo del rey David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosana en las alturas!” “Esto sucedió para que se cumpliera lo que dijo el profeta, quinientos años antes, cuando escribió: “¡Alégrate mucho, ciudad de Sión! ¡Canta de alegría, ciudad de Jerusalén! Tu rey viene a ti, justo y victorioso, pero humilde, montado en un burro, en un burrito, cría de una burra” (Mateo 21:9; Zacarías 9:9).

Después de esto, “Jesús entró en el templo y echó de allí a todos los que estaban vendiendo y comprando. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero a la gente, y los puestos de los que vendían palomas; y les dijo: En las Escrituras se dice: 'Mi casa será declarada casa de oración', pero ustedes han Hecho de ella una cueva de ladrones. Se acercaron a Jesús en el templo los ciegos y los cojos, y él los sanó” (Mateo 21:12-14). Todos los días Jesús enseñaba en el Templo.

Lunes Santo:

Jesús regresa al Templo para enseñar y sanar a los enfermos.

Martes Santo:

“Faltaban dos días para la fiesta de la Pascua, cuando se come el pan sin levadura. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley buscaban la manera de arrestar a Jesús por medio de algún engaño, y matarlo. Pues algunos decían: --No durante la fiesta, para que la gente no se alborote” (Marcos 14: 1-2).

“Después de Jesús abandonar el Templo, se fue a Betania, a casa de Simón. Mientras estaba sentado a la mesa, una mujer derramó un perfume de nardo puro y de mucho valor ungiéndolo sobre su cabeza y por todo su cuerpo. Algunos de los presentes se enojaron de antemano y la criticaron. El Señor los amonesta y les dice: Esta mujer ha hecho una obra buena conmigo: ha perfumado mi cuerpo de antemano para mi entierro” (ver Marcos 14: 3-9), refiriéndose a su muerte y pasión.

Miércoles Santo:

Jesús regresa al Templo para enseñar.

Jueves Santo:

“El primer día de la fiesta en que se comía el pan sin levadura, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: --¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua? Él les contestó: --Vayan a la ciudad, a casa de Fulano, y díganle: 'El Maestro dice: Mi hora está cerca, y voy a tu casa a celebrar la Pascua con mis discípulos. Los discípulos hicieron como Jesús les había mandado, y prepararon la cena de Pascua. Cuando llegó la noche, Jesús estaba a la mesa con los doce discípulos” (Mateo 26:17-20).

Jesús establece el lavatorio de pies y la Santa Cena : “Jesús se levantó de la mesa, se quitó la capa y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura. Cuando iba a lavarle los pies a Simón Pedro, este le dijo: Señor, ¿tú me vas a lavar los pies a mí? Jesús le contestó: Ahora no entiendes lo que estoy haciendo, pero después lo entenderás. Pedro le dijo: ¡Jamás permitiré que me laves los pies! Respondió Jesús: Si no te los lavo, no podrás ser de los míos. Simón Pedro le dijo: Entonces, Señor, no me laves solamente los pies, sino también las manos y la cabeza! Pero Jesús le contestó: El que está recién bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está todo limpio. Y ustedes están limpios…. Después de lavarles los pies, Jesús volvió a ponerse la capa, se sentó otra vez a la mesa y les dijo: ¿Entienden ustedes lo que les he hecho? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y Señor, les he lavado a ustedes los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho. Les aseguro que ningún servidor es más que su señor, y que ningún enviado es más que el que lo envía. Si entienden estas cosas y las ponen en práctica, serán dichosos” (Juan 13: .4-17).

También les dijo: --Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar. Ellos se pusieron muy tristes, y comenzaron a preguntarle uno tras otro: --Señor, ¿acaso seré yo? Jesús les contestó: --Uno que moja el pan en el mismo plato que yo, va a traicionarme. El Hijo del hombre ha de recorrer el camino que dicen las Escrituras; pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Hubiera sido mejor para él no haber nacido. Entonces Judas, el que lo estaba traicionando, le preguntó: --Maestro, ¿acaso seré yo? --Tú lo has dicho --contestó Jesús (Mateo 26: 21-25).

“Mientras comían, Jesús tomó en sus manos el pan y, habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio a los discípulos, diciendo: Tomen y coman, esto es mi cuerpo. Luego tomó en sus manos una copa y, habiendo dado gracias a Dios, se la pasó a ellos, diciendo: Beban todos ustedes de esta copa, porque esto es mi sangre, con la que se confirma la alianza, sangre que es derramada en favor de muchos para perdón de sus pecados. Pero les digo que no volveré a beber de este producto de la vid, hasta el día en que beba con ustedes el vino nuevo en el reino de mi Padre” (Mateo 26:26-29).

Viernes Santo:

Jesús es apresado martirizado y muere en la cruz para salvarnos del pecado y darnos la vida eterna.

Después de haber cenado y cantar los salmos, se fueron al Monte de los Olivos. Jesús les dijo: --Todos ustedes van a perder su fe en mí. Así lo dicen las Escrituras: 'Mataré al pastor, y las ovejas se dispersarán. Pero cuando yo resucite, los volveré a reunir en Galilea. Pedro le dijo: --Aunque todos pierdan su fe, yo no. Jesús le contestó: --Te aseguro que esta misma noche, antes que cante el gallo por segunda vez, me negarás tres veces. Pero él insistía: --Aunque tenga que morir contigo, no te negaré. Y todos decían lo mismo (Marcos 14: 26-31).

Todavía estaba hablando Jesús, cuando Judas, uno de los doce discípulos, llegó acompañado de mucha gente armada con espadas y con palos. Iban de parte de los jefes de los sacerdotes y de los ancianos del pueblo. Judas, el traidor, les había dado una contraseña, diciéndoles: "Al que yo bese, ese es; arréstenlo." Así que, acercándose a Jesús, dijo: --¡Buenas noches, Maestro! Y lo besó. Jesús le contestó: --Amigo, adelante con tus planes. Entonces la cohorte romana, el comandante y los alguaciles de los judíos prendieron a Jesús y le ataron”. Llevaron entonces a Jesús ante el sumo sacerdote, y se juntaron todos los jefes de los sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley. Pedro lo siguió de lejos hasta dentro del patio de la casa del sumo sacerdote, y se quedó sentado con los guardianes del templo, calentándose junto al fuego.

Los jefes de los sacerdotes y toda la Junta Suprema buscaban alguna prueba para condenar a muerte a Jesús; pero no la encontraban. Porque aunque muchos presentaban falsos testimonios contra él, se contradecían unos a otros. Algunos se levantaron y lo acusaron falsamente.

Pedro estaba abajo, en el patio. En esto llegó una de las sirvientas del sumo sacerdote; y al ver a Pedro, que se estaba calentando junto al fuego, se quedó mirándolo y le dijo: --Tú también andabas con Jesús, el de Nazaret. Pedro lo negó, diciendo: --No lo conozco, ni sé de qué estás hablando. Y salió fuera, a la entrada. Entonces cantó un gallo. La sirvienta vio otra vez a Pedro y comenzó a decir a los demás: --Este es uno de ellos. Pero él volvió a negarlo. Poco después, los que estaban allí dijeron de nuevo a Pedro: --Seguro que tú eres uno de ellos, pues también eres de Galilea. Entonces Pedro comenzó a jurar y perjurar, diciendo: --¡No conozco a ese hombre de quien ustedes están hablando! En aquel mismo momento cantó el gallo por segunda vez, y Pedro se acordó de que Jesús le había dicho: 'Antes que cante el gallo por segunda vez, me negarás tres veces.' Y se echó a llorar (Marcos 14: 53-57, 66-71).

“Cuando llegó la mañana, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo celebraron consejo contra Jesús para darle muerte. Le llevaron y le entregaron a Pilato, el gobernador” (Juan 18: 1-14; Hechos 13: 28; Mateo 26: 47-50; 27:1-2).

"Pilato reunió a los jefes de los sacerdotes, a las autoridades y al pueblo, y les dijo: --Ustedes me trajeron a este hombre, diciendo que alborota al pueblo; pero yo lo he interrogado delante de ustedes y no lo he encontrado culpable de ninguna de las faltas de que lo acusan. Ni tampoco Herodes, puesto que nos lo ha devuelto. Ya ven, no ha hecho nada que merezca la pena de muerte. Lo voy a castigar y después lo dejaré libre. Pero todos juntos comenzaron a gritar: --¡Fuera con ese! ¡Déjanos libre a Barrabás! A este Barrabás lo habían metido en la cárcel por una rebelión ocurrida en la ciudad, y por un asesinato. Pilato, que quería dejar libre a Jesús, les habló dos veces más; pero ellos gritaron más alto: --¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!" (Lucas 23: 13-21)

“Jesús salió llevando su cruz, para ir al llamado "Lugar de la Calavera" (que en hebreo se llama Gólgota). Allí lo crucificaron”.. “Eran las nueve de la mañana cuando lo crucificaron. Y pusieron un letrero en el que estaba escrita la causa de su condena: "El Rey de los judíos." Con él crucificaron también a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda” (Juan 19: 17-18; Marcos 15: 25-27).

“Desde el mediodía y hasta las tres de la tarde, toda la tierra quedó en oscuridad. El sol dejó de brillar, y el velo del templo se rasgó por la mitad. Jesús gritó con fuerza y dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! Y al decir esto, murió” (Lucas 23: 44-48).

Sábado Santo:

Jesús es sepultado: “Como ese era día de preparación, es decir, víspera del sábado, ya era tarde y anochecía. José, natural de Arimatea se dirigió con decisión a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús”. “Tomó el cuerpo, compro una sábana de lino limpia lo envolvió y lo puso en un sepulcro nuevo, de su propiedad, que había hecho cavar en la roca. También Nicodemo, el que una noche fue a hablar con Jesús, llegó con unos treinta kilos de un perfume, mezcla de mirra y áloe. José y Nicodemo tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con vendas empapadas en aquel perfume, según la costumbre que siguen los judíos para enterrar a los muertos. Después de tapar la entrada del sepulcro con una gran piedra, se fueron” (Marcos 15:42-43, Mateo 27: 59-60).

Domingo de Pascua:

Resurrección de Jesucristo, aparición a María y sus discípulos y ascensión a los cielos.

“Pasado el sábado, cuando al anochecer comenzaba el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro De pronto hubo un fuerte temblor de tierra, porque un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose al sepulcro, quitó la piedra que lo tapaba y se sentó sobre ella. El ángel brillaba como un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve. Al verlo, los soldados temblaron de miedo y quedaron como muertos. El ángel dijo a las mujeres: No tengan miedo. Yo sé que están buscando a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, sino que ha resucitado, como dijo. Vengan a ver el lugar donde lo pusieron. Vayan pronto y digan a los discípulos: 'Ha resucitado, y va a Galilea para reunirlos de nuevo; allí lo verán.' Esto es lo que yo tenía que decirles. En eso, Jesús se presentó ante ellas y las saludó. Ellas se acercaron a Jesús y lo adoraron, abrazándole los pies, y él les dijo: No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea, y que allá me verán” (Mateo 28:1-10).

“Más tarde, Jesús se apareció a los once discípulos, mientras ellos estaban sentados a la mesa. Los reprendió por su falta de fe y su terquedad, ya que no creyeron a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: "Vayan por todo el mundo y anuncien a todos la buena noticia. El que crea y sea bautizado, obtendrá la salvación; pero el que no crea, será condenado Y estas señales acompañarán a los que creen: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes; y si beben algo venenoso, no les hará daño; además pondrán las manos sobre los enfermos, y estos sanarán” (Marcos 16: 14-18)."

“Y Jesús les dijo: Está escrito que el Mesías tenía que morir, y resucitar al tercer día y que en su nombre se anunciará a todas las naciones que se vuelvan a Dios, para que él les perdone sus pecados. Comenzando desde Jerusalén, ustedes deben dar testimonio de estas cosas. Y yo enviaré sobre ustedes lo que mi Padre prometió. Pero ustedes quédense aquí, en la ciudad de Jerusalén, hasta que reciban el poder que viene del cielo. Luego Jesús los llevó fuera de la ciudad, hasta Betania, y alzando las manos los bendijo. Y mientras los bendecía, se apartó de ellos y fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos, después de adorarlo, volvieron a Jerusalén muy contentos. Y salieron a anunciar el mensaje por todas partes; y el Señor los ayudaba, y confirmaba el mensaje acompañándolo con señales milagrosas. Estaban siempre en el templo, alabando a Dios” (Lucas 24: 48-63; Marcos 16: 19-20).

miércoles, 20 de abril de 2011

LA GRACIA DE DIOS

Por Madeline Ruíz, M.S., Divinidad y Ph.D., Sicología Clínica

Texto Bíblico: 1 Corintios 6:1-2 – “Así nosotros como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios, por que dice: “En tiempo aceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido.” Ahora es el tiempo aceptable, ahora este el día de la salvación”. 2 Timoteo 2:1 “Pues tu hijo mío esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús”.

La palabra gracia viene de la palabra en griego caris que significa me regocijo, estoy contento, favor. La gracia es un regalo de dios, producto de su generosidad, es gratuita, Dios la da sin ningún merito por parte del hombre (del hombre de pecado),y este no puede hacer nada para merecerla. La gracia hace gratas a las personas delante de Dios, delante de otros; sirve para la edificación de las personas y de la iglesia. La gracia es el favor, el auxilio gratuito que Dios nos da para responder a su llamada: llegar a ser hijos de Dios, hijos adoptivos, partícipes de la naturaleza divina. Por su gracia tenemos un nuevo nacimiento en Cristo y derecho a la vida eterna. Por su gracia somos salvos. Es lo que se llama la gracia salvífica. Pero la gracia nos otorga otros privilegios.

En el Nuevo testamento el concepto de gracia está centrada en la figura de Jesucristo, en el momento mismo en que es concebido por el Espíritu Santo en el vientre de María. La vida de Jesús, su ministerio, es un testimonio mismo de la gracia. Jesús se presenta en la sinagoga declarando el propósito de su ministerio afirmando que el espíritu de dios estaba sobre el ungiéndolo para “dar buenas nuevas a los pobres, para sanar a los quebrantados de corazón, pregonar libertad a los cautivos, vista a los ciegos, libertad a los oprimidos. Jesús, portador de la gracia de Dios.

1) Comienza llamando a hombres de diferentes ocupaciones, de diferentes carácter, inclusive en una época donde la mujer era sumamente marginada permite que estas formen parte de su ministerio con María Magdalena (que se dice que los acompañaba donde quiera que fuera), Juana, Susana. Se dice que los acompañaban donde quiera que fuera.
2) Jesús se hace amigo y maestro en la casa de Marta y María (el permitir que una mujer reciba instrucción de un hombre lo que era condenado en ese tiempo).
3) Se dice que Jesús comía con publicanos y pecadores.
4) En el Sermón del Monte declara las bienaventuranzas: Bienaventurados los que lloran, los que padecen de persecución por causa de la justicia, los mansos, los pobres de espíritu
5) La gracia de Dios a través de Jesús se presenta por medio de sus milagros: Jesús sana a los ciegos, sordos, a los sordos, a los leprosos, al paralitico, a la mujer del flujo de sangre

Pero Jesús no solo sanaba a los que físicamente estaban enfermos sino que también sanaba a los que tenían dolencias mentales. Este es el caso del Gadareno, hombre de Gadara. Porque Jesús a diferencia de nosotros, no se espantaba de los que padecían de problemas mentales, no tenia tabú, no tenia prejuicio, no se alejaba del que tiene sida, ni del que tiene esquizofrenia, tenía la gracia, el amor del Padre para todos. Conocí una familia que el esposo era alcohólico, abandono a su familia y esta quedo desolada por que a raíz de ello el hijo varón enfermo de una fobia escolar y luego de esquizofrenia. Su situación económica era precaria. Todo el vecindario criticaba a esta familia por su problemática con el hijo, porque tenían la casa sin pintar, muy deteriorada. Estaba yo pendiente de ellos dándole la mano de diferentes formas, pero siempre pedía al señor que los ayudara. Un día la madre de este hogar me dijo que se había ganado $100,000.00 jugando en el casino . Entonces pudo arreglar su casa. No le pedí nunca al Señor que obtuviera el dinero de esa forma para resolver sus necesidades, pero el Señor por su gracia y misericordia le plació ayudarla. Obviamente sigo siempre hablándole del Evangelio como nosotros lo vemos, aunque ella es católica. Porque este Jesús que yo conozco es el mismo que a través del Apóstol Pablo en Gálatas dice: “Ya no hay ni judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer porque todos sois uno en Cristo Jesús”. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente descendientes de Abraham sois, y herederos según la promesa”.

6) Jesús, portador de la gracia sana no solamente a los judíos sino que también sana a la Mujer sirofenicia. Esta mujer de otra nacionalidad recibe el milagro de Jesús. Es aquella que Jesús le responde que sus milagros, su gracia es para los judíos: Este pan no es para los perrillos, es para los hijos del amo. Pero esta mujer haciendo uso de su fe responde: Pero los perrillos también comen de las migajas que caen de la mesa del amo. Porque la gracia del señor es para aquellos que ponen su fe en el Jesús de los milagros. Tal es el caso también del Centurión, no judío, gentil. quien no se suponía que Jesús sanara por que de acuerdo a las leyes ceremoniales si un judío entraba a la casa de un gentil se considera contaminado . Por ello el centurión decía que no era digno que Jesús entrara en su casa y pedía a Jesús que enviara su palabra para que su siervo fuera sano.
7) Por su gracia Jesús en su ministerio resucitaba a los muertos; a Lázaro, a la hija de Jairo y a otros.
8) Por su gracia Jesús hace provisión y multiplica los panes y los peces para la multitud hambrienta. Es el rostro del Dios que hace provisión a los hombres.
9) Por la gracia de Dios Jesús se convierte en el maestro 1) enseña a los discípulos y a otros sobre ser perseverantes en la fe presentando a la viuda que insiste que el juez injusto le haga justicia, 2) enseña las verdades del Reino, sobre la fe como un grano de mostaza que él es el camino, la verdad y la vida. 3) Por gracia Dios también envió a su hijo para ensenar justicia .Tal es el caso de la postura de Jesús ante el divorcio cuando este expresa ante la pregunta de los fariseos que el marido no debe repudiar a la mujer “porque lo que lo que Dios junto el hombre no lo debe separar”.
10) Pero nosotros sabemos que aun cuando Jesús no esta con nosotros el Espíritu santo ocupa su lugar para consolarnos, para ensenarnos, para sanar, para darnos gozo, darnos poder, darnos los dones, hacer provisión…Existen diferentes niveles de la gracia.
11) La gracia hace posible lo que tú con tus fuerzas no puedes conseguir. La Gracia no te permite caer en tentación, te pone a favor delante de los hombres y las mujeres, con la gracia se restauran los hogares. Con ella Pablo resistió su aguijón. Por la gracia tendrás todo lo que el diablo te ha quitado.
12) Para recibir la gracia dice Santiago 4:6 que se necesita humildad por que el humilde reconoce que depende de Dios y que sin su gracia nada puede hacer.
13) Se necesita fe y confianza, creer que la podemos recibir. Una vez nos hacemos hijos de Dios necesitamos tener entrada por la fe a esa gracia “porque su poder se perfecciona en nuestra debilidad”.
14) También para recibir la Gracia se necesita voluntad, cooperación, el disponer nuestras mentes para recibirla. Que Dios habla a tu espíritu y tu espíritu habla a tu mente. Por eso tu mente no debe estar ocupada de cosas carnales, sino que debe estar dispuesta a las cosas de Dios.
15) Debemos orar para recibir la gracia y demostrarles que dependemos de el..
16) La gracia: 1) nos da todo lo que necesitamos; 2) rompe toda maldición o trama del enemigo en contra nuestra, Ej. el Apóstol Pablo que fue perseguidor de cristianos y asesino de algunos, en un momento fue rescatado y convertido al cristianismo; 3) da poder para despojar al enemigo y darnos sus posesiones. En Éxodo 12:36, cuando Dios puso a su pueblo a favor, en gracia ante los egipcios y le dieron cuanto pedían, despojando a los mismos; 4) nos promociona en las peores circunstancias. Por ejemplo en Génesis 39:1-23 hizo que cuando Potifar mando a encerrar a José en prisión, se ganara el favor del Jefe de la cárcel poniendolo a cargo de los presos; 5) da poder para testificar de Jesús, Hebreos 4:33; 6) nos de dones del Espiritu Santo, 1 Pedro 4:10. Para hablar con autoridad a los demonios, sanar a los enfermos, (que es un nivel de gracia mas alto o diferente) para hallar santidad, pureza, vencer el pecado, para que tengamos temor de Dios y dominio propio.

Por la gracia somos linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a la luz admirable.

Por eso en este día declara que tú necesitas la gracia que viene de Dios. Pidámosla en esta mañana. Ven y preséntate delante de Jesús para recibir su favor. Pronuncia conmigo estas palabras: “Señor me presento delante de tu presencia para pedir que tu gracia sobreabunde en mi vida y en la vida de los míos. Enséñame a disfrutar las bendiciones que he recibido producto de tu gracia y a vivir agradecido de tu bondad. Permite que yo sea instrumento para que la gracia llegue a la vida de aquellos que la necesitan. Te lo pido en el nombre de tu hijo amado, Jesús, AMEN”

lunes, 18 de abril de 2011

ENTRADA TRIUNFAL DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO EN JERUSALÉN Y SU TEMPLO

“Tanto la gente que iban delante como los que iban detrás, gritaban: ¡Hosana al Hijo del rey David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosana en las alturas! (Mateo 21:9, Dios Habla Hoy)

Ya llegamos a nuestra semana mayor como terminación de la cuaresma. Para nosotros los cristianos, el Domingo de Ramos es el primer día de la Semana Santa, período en que conmemoramos la Pasión, Muerte en la Cruz y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo. En este día recordamos la Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Es la culminación de la gran obra de salvación de Dios por medio de su hijo Jesucristo y el inicio de la nueva Alianza entre Dios y la humanidad.

La fiesta pascual de los cristianos tiene sus raíces en la pascua de los judíos. La fiesta se relacionó estrechamente con la experiencia de fe de la liberación de los hebreos, esclavos en Egipto. La fiesta comenzaba con la cena pascual y se extendía por siete días, de acuerdo con la tradición de los ácimos: Ex 12:14-15 (14 "Y este día os será memorable y lo celebraréis como fiesta al SEÑOR; lo celebraréis por todas vuestras generaciones como ordenanza perpetua. 15 "Siete días comeréis panes sin levadura; además, desde el primer día quitaréis toda levadura de vuestras casas; porque cualquiera que coma algo leudado desde el primer día hasta el séptimo, esa persona será cortada de Israel”).

En la época de Jesús, la cena pascual tenía además una importancia escatológica muy grande. Las esperanzas mesiánicas eran cultivadas de una manera especial en esta cena, lo que hace bien comprensible el hecho de que, ya en los mismos relatos por lo menos de los sinópticos, se dé tanta trascendencia a la referencia a esta fiesta.

Esta semana nos invita a que nuestra vida debe estar enfocada en el significado de la cruz. La cruz nos hace encontrarnos con Dios. Con el Dios que perdona que da oportunidades, que no nos abandona, se identifica con nosotros y completa su obra. En ÉL encontramos el significado del amor, lo que es la verdadera esperanza de vida, el ejemplo de cómo vivir. Derramemos nuestro corazón delante de ÉL y recibamos el amor de un Dios todopoderoso que tanto nos amo y dio a su hijo unigénito para que no nos perdiésemos si no que tuviéramos vida eterna.
REFORMA Y CONTRAREFORMA DEL PUEBLO CRISTIANO: En el siglo XVI (1517) surgió la Reforma Protestante, un movimiento religioso de tendencia renovadora que hizo su aparición en la Europa Occidental. Varios religiosos, pensadores y políticos intentaron provocar un cambio profundo y generalizado en los usos y costumbres de la Iglesia Cristiana Occidental (Católica Romana). Se origina en la ruptura con el Papa por parte de Martín Lutero monje católico, Enrique VIII rey de Inglaterra, Juan Calvino teólogo reformador francés y Stork y Munzer, sacerdotes suizos. Esto originó el rompimiento de la unidad cristiana y la consiguiente formación de otras Iglesias, llamadas Iglesias Protestantes, independientes de la autoridad papal. El protestantismo asumió cuatro formas: la luterana, la anglicana (episcopales), la reformadora (presbiteriana) y la anabaptista (menonita). Ya para el siglo XI la Iglesia cristiana se había dividido por primera vez en el llamado "Cisma de Oriente y Occidente" formándose la Iglesia Católica Ortodoxa y la Iglesia Católica Romana respectivamente. En el siglo XVII surgio el llamado movimiento bautista, en el siglo XVIII, el movimiento metodista y wesleyano, en el siglo XIX los Discípulos de Cristo y en el siglo XX el movimiento pentecostal y evangélico. Estos movimientos han desarrollado un alcance mundial. En el siglo XX se crea también el Consejo Misionero Internacional fomentándose el movimiento ecuménico. Esto marca un hito importante en la historia del reencuentro entre las iglesias cristianas (Católicas, Protestantes y Evangélicas), propiciando desde plataformas diferentes el respeto mutuo y la búsqueda de los espacios comunes hoy en día.
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